Es el proceso degenerativo de todas las estructuras articulares, comúnmente conocida como “Desgaste Articular”, y se caracteriza por el dolor a la movilización de alguna articulación, sensación de chasquido o crepitación, rigidez y limitación de los arcos de movimiento, principalmente.

Las articulaciones más afectadas son las manos, caderas y rodillas, sin embargo, no es raro la afectación a nivel de hombros, columna y tobillos.

Los factores de riesgo más asociados incluyen la edad, el peso corporal, lesión previa en la articulación, la actividad ocupacional que desempeñe la persona, así como enfermedades preexistentes (Gota, hemofilia, neuropatía, artritis reumatoide, artritis psoriásica, etc).

El diagnóstico es clínico, y de acuerdo a la severidad nos apoyamos estudios de imagen, a fin de poder ofrecer los tratamientos acordes al caso en cuestión, que pueden ir desde tratamiento oral, infiltración articular o en casos más severos, tratamiento quirúrgico con reemplazo articular.